Convento de San Jerónimo, vida de sor Juana Inés de la Cruz

Convento de San Jerónimo, vida de sor Juana Inés de la Cruz

01/06/2021 0 Por escribodeviajes
La ciudad de México tiene lugares cargados de historia y uno de los más especiales es el convento en el que transcurrió la vida de sor Juana como monja jerónima. 

Por Arturo González Canseco

El 24 de febrero de 1669 Juana Ramírez de Asbaje se ordena como monja jerónima. A partir de ese día el convento de San Jerónimo fue su hogar. Allí pasó 26 años, hasta el día de su muerte el 17 de abril de 1695. 

Varios siglos después este lugar es uno de los más emblemáticos en nuestra capital mexicana.

La Décima Musa

Sor Juana tenía 20 años cuando ingresó a la orden de las jerónimas. El convento fue durante la vida de sor Juana biblioteca, locutorio, epicentro literario y cultural, centro de reunión, teatro, sala de conciertos, cocina, lugar de devoción. Los cargos que tuvo fueron como archivista, contadora y al final de su vida, enfermera. 

Hacia la segunda mitad del siglo XVII en la ciudad de México se contabilizaban 29 conventos de frailes y 22 de monjas. La vida conventual era la única vía distinta al matrimonio para una mujer. Antes de ella solo se encuentra el caso excepcional de La Malinche.

Desde el año de 1667, a la edad de 18, había sido la primera tentativa de Juana Inés por la vida religiosa. Ingresó a la orden de las Carmelitas Descalzas, sin embargo, la disciplina férrea la alejó. Las jerónimas, por su parte, tenían fama de una disciplina laxa. El lugar ideal para las intenciones artísticas y de conocimiento que tenía la futura poeta

A sor Juana se le llamó la Décima Musa y con el paso de los años se convirtió en el máximo referente para la creación literaria a cargo de la mujer.

En la mitología clásica eran nueve las musas que inspiraban todo lo bello del mundo, a la gran poetisa mexicana se le incluye en esta lista.

Vida en la Nueva España

La grandeza de sor Juana radica en que en un mundo cerrado y plagado de desigualdad como era el de la Nueva España, logró defender sus derechos y su libertad de pensamiento. Durante mucho tiempo la buscaron acallar pero nunca claudicó, por eso es una mujer tan importante para la lucha femenina hasta el día de hoy.

En la Nueva España existían dos epicentros: El palacio virreinal y los conventos. Solo en estos dos espacios se podía dar un intercambio social e intelectual entre hombres y mujeres. 

La rutina diaria en la vida de sor Juana y las jerónimas comenzaba con una misa a las 6am.

8 am desayuno con huevos, pan, leche y mantequilla. A las 9 los rezos de la tercia. Le seguían trabajos comunales hasta los rezos de la sexta (12 horas). La comida era con carne excepto los días miércoles. A la 3 pm rezos de la nona, posteriormente siesta. Después colación de conservas y frutas. A las 7 el coro, vísperas.

Finalizaba el día con la cena, recreación, rezos de las completas y a la cama. 

En San Jerónimo se tienen registros de que el tiempo que vivió sor Juana había unas 50 religiosas con las que compartió este espacio. Cabe destacar que la población total era de unas 200 mujeres ya que contaban con muchas mujeres de servicio y acompañantes, llamadas a la usanza de la época: esclavas, criadas, niñas, recogidas y donadas. Los conventos eran un sitio de privilegio al que solo unas pocas mujeres podían aspirar

Las celdas más especiales, incluyendo la de la «Fénix de América», eran prácticamente pequeños apartamentos. Eran de dos pisos, con espacios privados, mobiliario, tina, biblioteca. Se calcula que sor Juana llegó a poseer entre 3 mil y 4 mil libros

Sor Juana es una mujer clave para entender que hoy en día existan personajes femeninos fuertes en todos los ámbitos de la cultura y el entretenimiento.

Durante la vida de sor Juana hubo dos órdenes religiosas, las Carmelitas descalzas y las jerónimas.

El Claustro de sor Juana

Desde 1975 este inmueble de extraordinario valor histórico es casa de la Universidad del Claustro de sor Juana. Durante esos años se realizan trabajos de excavación que dieron como hallazgo el 25 de noviembre de 1978 los restos de sor Juana Inés de la Cruz. 

Las décadas siguientes culminaron con estudios de antropología física forense que determinaron con alta probabilidad que efectivamente, los restos encontrados en el coro del ex convento de San Jerónimo eran pertenecientes a la poetisa.  

Para el 2015, en conmemoración del 320 aniversario luctuoso, los restos de sor Juana fueron homenajeados en un féretro diseñado ex profeso para la procesión por el Gran Claustro del ex convento.

Los restos de Juana Inés reposan en un nicho resguardado por cristal en el Soto Coro de El Claustro.

La vida de sor Juana y su obra son testimonio de la presencia de las órdenes religiosas a lo largo de nuestra historia. Sitios y episodios que marcaron nuestra cultura para los siglos por venir.

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Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695).

Ex Convento de San Jerónimo 

Centro Histórico CdMx

Izazaga 06080

Año de construcción: 1592


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