Mis anécdotas favoritas de la vida de Frida Kahlo

Mis anécdotas favoritas de la vida de Frida Kahlo

06/01/2022 0 Por escribodeviajes
Esta es una recopilación de 10 datos curiosos que quizá no conocías de la vida de Frida Kahlo, un ícono de la cultura mexicana alrededor del mundo. 

Por Arturo González Canseco

Hace poco el cuadro de Frida Kahlo, “Diego y yo”, rompió el récord de la obra más cara de la historia del arte latinoamericano. El coleccionista argentino, Eduardo Constantini, pagó por él la cantidad de 34.9 millones de dólares. 

Así que la curva ascendente de la popularidad de Frida parece que, lejos de bajar, sigue cual cohete alcanzando alturas insospechadas. 

La artista coyoacanense vivió de 1907 a 1954 y así como ahora da muchísimo de qué hablar, las anécdotas que nos quedan de ella también dejan entrever que durante toda su vida se mantuvo en el ojo del huracán.

Lo que no sabías de la vida de Frida Kahlo

Fecha de nacimiento

Si algo caracterizó la vida de Frida Kahlo eso fue que era una revolucionaria. Desde muy joven mostró sus preocupaciones sociales que más allá de manifestarse a través de su pintura, su misma persona fue el reflejo fiel de su apoyo y admiración por el México profundo. A Frida le gustaba cambiar su año de nacimiento, que fue el 6 de julio de 1907, y decía que había nacido en 1910, al mismo tiempo que la Revolución Mexicana.

Frida “la coja”

Sus problemas de salud comenzaron desde la niñez. A la edad de 6 años sufrió de poliomielitis, lo que afectó una de sus piernas para toda su vida. Desde esos primeros años batalló con muchas molestias y su pierna quedó más delgada y ligeramente más chica. Le decían Frida “la coja” y usaba pantalones, más tarde faldas largas, para ocultar su afectación.

Escuela Nacional Preparatoria

Frida fue una de las 35 mujeres que lograron ingresar al bachillerato, de una matrícula total de dos mil estudiantes. Su interés era estudiar medicina pero su vocación se vio truncada por el terrible accidente que sufrió en 1926 en la Calzada de Tlalpan cuando se dirigía a la escuela. Cuando hablan de resiliencia siempre pienso en Frida. Tras querer dedicarse a las ciencias, luego del accidente sacó fuerzas no sé de dónde para comenzar a pintar y ya sabemos hasta dónde llegó. Por ese entonces tenía unos 18 años. 

Primer cuadro

Sus primeros ejercicios con la pintura fueron en cama, en la ahora legendaria Casa Azul, en su larga convalecencia. Su mamá fue quien le regaló una especie de caballete que se adaptaba a la cama. Lo primero que hizo fue el retrato de una amiga. Después lo único que le fue quedando fue su propia compañía por lo que comenzó a experimentar con su práctica favorita, el autorretrato. Tenía un gran espejo encima de su cama por lo que quizá en ese momento se percató de la enorme expresividad de su mirada y cejas pobladas, que muchos comparan con alas de pájaro, que siempre se muestran mirando de forma directa al espectador. 4 vida de frida kahlo el tiempo vuela escribo de viajes

Frieda

Si uno mira las cartas de su juventud se observa que usaba la firma, “Frieda”. Le gustaba emplear la versión original en alemán de su nombre. Así lo hizo hasta principios de la década de los treinta. Se piensa que dejó de mostrar el orgullo por su raíz germánica tras el arribo del nazismo y todo lo que se percibía por llegar en el horizonte. 

Traje de tehuana

A través de este atuendo típico es como la vida de Frida Kahlo fue una manifestación de lo mexicano y el feminismo. Eligió esta vestimenta proveniente del Istmo de Tehuantepec, una región del suroeste de México que destaca por su sistema matriarcal. Esta forma de vestir de Frida fue replicada por destacadas mujeres de todos los ámbitos desde aquellos momentos y hasta el día de hoy. 

Estados Unidos y Europa

Esto es algo poco conocido pero lo cierto es que estos lugares no fueron en lo más mínimo del agrado de Frida. Ya casada con Diego Rivera, hacia 1930, la pareja pasó una temporada de cuatro años en los Estados Unidos. Algunos de sus comentarios fueron que los estadounidenses “viven como en un enorme gallinero sucio e incómodo”, o que “las casas parecen hornos de pan y el tan traído y llevado confort no es más que un mito”. Respecto a Europa fue más severa e incluso llegó a decir “me hacen vomitar” y que la existencia de los Hitlers y Mussolinis era comprensible por todo lo que estaba mal en su sociedad. Esto es sintomático de la época y el pensamiento exaltado por lo mexicano que caracterizó a la generación de Frida.

Dolor

Más allá del sufrimiento físico que experimentó Frida parece que el dolor emocional fue más intenso. Esto producto de su tormentosa relación con Diego Rivera. Se casaron, se divorciaron y se volvieron a casar. Para el segundo matrimonio, Frida aceptó pero imponiendo tres condiciones: Todos sus gastos serían cubiertos por ella misma con el fruto de su trabajo; los gastos comunes serían divididos a partes estrictamente iguales y cubiertos por los dos; no volverían a tener ningún contacto sexual. El 8 de diciembre de 1940 fue ese segundo matrimonio. Frida ya poseía una seguridad como nunca antes y el reconocimiento como la artista más importante del país. 

La docencia

En 1942 Frida se integra como docente a la nueva Escuela de Pintura bautizada por la comunidad estudiantil como La Esmeralda. Sus alumnos más fieles fueron conocidos como Los Fridos. Entre ellos se encontraban Fanny Rabel, Rina Lazo, Arturo García Bustos y Guillermo Monroy. Relataban que las lecciones de Frida más allá de técnica artística eran una incitación a amar al pueblo mexicano y el arte popular. Su tarea no estaba en las aulas y los sacaba a la calle, “vayamos a pintar la vida callejera”, les decía. Son legendarios los murales que realizaron en las pulquerías de Coyoacán. Rina Lazo y Arturo García Bustos eran pareja y resultan muy importantes para la historia contemporánea de Coyoacán ya que llegaron a vivir a la emblemática Casa Colorada del barrio de la Conchita, la legendaria casa de La Malinche que se encontraba prácticamente olvidada. Ellos se encargaron de rescatar el valor histórico de Malinalli con murales en todo el interior. 

Vida y revolución

Sin importar las múltiples operaciones de columna a lo largo de su vida sus diversos problemas físicos (al final también le fue amputada una pierna a partir de la rodilla), la vida de Frida Kahlo fue una celebración. Seguía pintando cuadros como Viva la vida, Árbol de la esperanza mantente firme. «Pies para que los quiero si tengo alas para volar». Hacia 1948 se reintegró al Partido Comunista y veía en el activismo político la máxima realización, decía por entonces: “Debo luchar con todas mis fuerzas para que lo poco de positivo que mi salud me deja sea en dirección de ayudar a la revolución. La única razón real para vivir”. Hacer recordar a Tina Modotti. En 1953, un año antes de su muerte, se realizó la primera exposición individual de su obra. Ese episodio es la estampa fiel de toda su vida. Sus afectaciones físicas ya eran insufribles pero ella decidió que tenía que estar allí y celebrarlo. Se hizo trasladar en ambulancia y una cama de hospital fue instalada en medio de la galería. Desde allí cantó, bebió y festejó con todos los asistentes. Todo eso fue motivo de que pudiera escribir sus últimas palabras llenas de convicción, de que todo lo entregó: “Espero alegre la salida… y espero no volver jamás” Frida. vida de frida kahlo anecdotas escribo de viajes

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