Entrevista de Viajes 2: Legado viajero de Rosario Castellanos con Liliana Chávez
14/08/2024Liliana Chávez Díaz es escritora, periodista, investigadora y profesora originaria de Sonora, México. Es Doctora en literatura hispánica por la Universidad de Cambridge y entre sus investigaciones más destacadas se encuentra su libro: Viajar sola. Identidad y experiencia de viaje en autoras hispanoamericanas.
Platiqué con ella con motivo del 50 aniversario luctuoso de Rosario Castellanos, con el interés de conocer la faceta como mujer viajera de una de las más destacadas escritoras mexicanas del siglo XX.
La Dra. Liliana Chávez estudió en particular el libro Cartas a Ricardo, que compila las cartas que Rosario Castellanos le envió a su pareja a lo largo de sus viajes. Recientemente este libro se reeditó y en esta entrevista platicamos sobre todo lo que ahí podemos conocer de las experiencias viajeras de Rosario Castellanos.
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Se dice que Rosario Castellanos nació y murió de viaje, a lo largo de su vida el movimiento fue una constante. Quiero comenzar preguntándote, ¿cómo el género, el viajar con cuerpo femenino, configuró esas experiencias para Rosario Castellanos?
En mi libro lo que propongo ver es justo esa diferencia que sí es de género. Hay otras muchas actividades de la rama humana que no creo que importaría esa diferencia de género, como actividades cognitivas intelectuales, pero creo que sí en el viaje, cómo se ha viajado a lo largo del tiempo, sí hay una gran diferencia en cómo se ha percibido a la viajera que al viajero y pasa por el cuerpo de la mujer.
En el caso de Castellanos, lo que me interesó de las cartas es que ella identifica este aspecto. Porque hay otras viajeras que tal vez se enfocan más en los hechos políticos o sociales que observan, como es el caso de Elena Garro con sus Memorias de España.
En el caso de Rosario Castellanos, ella sí está muy consciente, tiene esa sensibilidad para identificar el tema de que no es lo mismo su experiencia de viaje como mujer. Por ejemplo, en su primer viaje a Europa que hizo con una amiga suya, tenían esta experiencia de ser las únicas mujeres en su grupo de viajeros, se juntaban en el barco y conocían a otros viajeros jóvenes pero eran hombres y les contaban las experiencias que ellos tenían de viaje y entonces ella comparaba cómo era distinto que ellas no podían salir de noche, de fiesta, de bares, con la libertad que ellos tenían.
Suena a un despertar de la conciencia de género en estos viajes para Rosario Castellanos, ¿cómo fue después el hecho de escribir estas experiencias, su escritura está también determinada por este viaje de autoconocimiento?
Las cartas son de hecho el único testimonio que tenemos de sus experiencias viajeras. Aunque parecieran solamente de amor, porque son cartas a Ricardo Guerra, primero como su novio, luego como esposo y después ex esposo, le escribió por mucho tiempo, sobre distintos temas, pero siempre hablaba también en esas cartas del lugar donde estaba, desde donde estaba escribiendo, y así es como podemos leer sus experiencias de viaje.
Propongo leer estas cartas como crónicas de viaje en el sentido de que está relatando su experiencia de viaje como mujer y como intelectual, y vemos las diferentes facetas de cómo ella misma interpreta los viajes. Desde ese momento de descubrimiento de sí misma a través del desplazamiento, de cómo ella se siente distinta cuando está fuera de México. Eso es algo que me parece muy interesante que ella decía que fuera de México se sentía más libre.
Pienso que no fue nada fácil romper con el papel conservador para la mujer que dictaba la sociedad mexicana y en ese sentido me parece muy destacable el que Rosario Castellanos lograra ese empoderamiento femenino y el sentimiento de libertad al viajar. Aunque algo que ha sido polémico es este otro aspecto relevante al hablar de la escritura de estas cartas que es el para quién escribía, ¿qué analizaste de este remitente masculino omnipresente y los señalamientos que se hacen a Castellanos por su relación?
Algo importante es que estos viajes de Rosario Castellanos, al igual que lamentablemente en el caso de muchas mujeres, no eran viajes de placer. Hasta ahora en nuestros días ya hay más conciencia de que una mujer puede viajar sola por placer, por turismo. Las mujeres en la época de Castellanos viajaban más por trabajo, porque tenían que, o tenía que ser, hay un pretexto de estudio o de trabajo o porque el padre viajaba y se llevaba a la familia.
En el caso de Castellanos sus viajes fueron porque la invitaban a algo, a dar alguna conferencia o en su última etapa cuando muere en Israel, iba de trabajo como embajadora y su primer viaje a Europa fue a estudiar una maestría.
Respecto al destinatario, sí es muy interesante, hay una filósofa feminista contemporánea italiana, Adriana Cavarero, que estudia cómo las historias de vida que contamos a otros también están determinadas o influenciadas por quién es ese otro al que le estamos contando la historia y cómo podemos contar los mismos hechos de distinta manera según la audiencia que tenemos.
Y esta idea me pareció muy buena para pensar en las cartas de Rosario Castellanos a Ricardo Guerra porque no hay que olvidar cuando leemos este tipo de género epistolar que no estaban dirigidas a nosotros como lectores del siglo XXI, leyéndola desde nuestras propias perspectivas en medio de la cuarta ola feminista. No podemos pedirle a una mujer de esa época que actúe como una mujer del siglo XXI.
Aunque sí da un poco de coraje como mujer y le preguntas ¡por qué no terminaste esa relación antes!
My contribution to Mexican women history is now here!/ Ya salió el capítulo que investigamos en @IAI_Bibliothek y escribimos divertidamente a cuatro manos @Schnitzelina y yo sobre la faceta diplomática de #RosarioCastellanos en @SRE_mx pic.twitter.com/h0BzGuk3lu
— Liliana Chávez Díaz (@LiliChavezD) August 8, 2024
También haces referencia a otro concepto muy interesante que es el de ‘subjetividad nómade’, platícanos por favor a qué se refiere esta idea respecto a Rosario Castellanos.
Aquí también usé a otra teórica feminista italiana, Rosi Braidotti, ella desarrolla esta teoría de la subjetividad nómade aplicada a ejemplos de literatura, pero también de producción cultural en general de las mujeres contemporáneas y pensando en que nuestra identidad siempre está en constante cambio, que no hay una identidad fija.
Mujeres que se han movilizado y que a través de esas movilizaciones físicas también se han movilizado emocionalmente o también han modificado su forma de pensar el mundo y de pensar su propio lugar en ese mundo.
Creo que Rosario Castellanos es un ejemplo de esa subjetividad nómada porque si leemos de forma cronológica las cartas, podemos ver esa transformación de ella misma y cómo esta jovencita que empezaba apenas a viajar y a pensar en la literatura y ver el mundo de manera idealizada se convierte en una mujer que empieza a ser muy crítica de su propia sociedad y termina desarrollando una obra literaria y filosófica que estaba incluso muy avanzada para la sociedad de su época.
Esto refleja un aspecto que también señalas, el que Rosario Castellanos buscaba al viajar «otros modos de ser», ¿cuáles fueron esos «otros modos de ser» que descubrió y que le trajeron los viajes?
Sí, me gusta mucho esa frase que viene de uno de sus poemas que termina así, «debe de haber otros modos de ser, otros modos de ser mujer».
Ella siempre estuvo preocupada por la búsqueda, estaba esa preocupación constante por quién quiero ser, cómo quiero ser en esta sociedad que me tocó vivir o a partir de esta sociedad, qué otras cosas puedo ser.
Si lo vemos profesionalmente, ella tuvo varias facetas, no fue solo escritora, fue periodista, también diplomática y profesora, nunca dejó de ser profesora de literatura, tanto en México como en el extranjero. Vivir en distintos lugares del mundo también le creó esta personalidad nómada, cosmopolita.
Ella en México al principio era considerada una escritora provinciana porque venía de Chiapas y de un pueblo pequeño de Chiapas, de Comitán. Durante mucho tiempo la crítica la consideró como una escritora provinciana, imagínate, Balún Canán que ahora yo lo enseño en mi universidad y a los estudiantes británicos les gusta mucho.
Hoy se está revalorando, sobre todo las mujeres estamos leyéndola distinto a como la leyó la crítica masculina en su momento.
Vamos a imaginar algo, si Rosario Castellanos le estuviera hablando a las mujeres ¿qué les hubiera escrito en esas cartas? ¿qué imaginas que le escribiría a esas interlocutoras que tiene el día de hoy?
Yo creo que nos hubiera hablado más de sus viajes y de la experiencia con el cuerpo.
Eso siempre fue una preocupación en su obra tanto en la poética como en la narrativa y en sus cartas, el cómo era percibido el cuerpo femenino, en particular el suyo. Ella no estaba muy contenta con su cuerpo y, a través de la ironía, hace muchos comentarios incluso en sus columnas en el periódico sobre su apariencia.
Se fijaba en el cuerpo y en la diferencia que hace para una mujer tener que preocuparse en que la imagen influencie, afecte o beneficie, el trabajo intelectual, la parte intelectual que debería ser considerada igual que la de un hombre y que en su época no lo era.
Yo creo que nos hablaría más a las mujeres de cómo conciliar esa parte o al menos cómo divertirse con todas estas facetas, estas contradicciones de ser mujer.
Pensó mucho también en las mujeres profesionistas, hoy en día creo que sería algo muy valioso tener su perspectiva. Creo que sí murió mucho antes de lo que se esperaba, yo creo que su obra todavía iba a ser mucho mayor.
Hay un libro que me gustaría recomendar que escribió Sara Uribe en conjunto con Verónica Gerber, que es artista visual y poeta, y se imaginan las dos qué le dirían a Rosario si se la encontraran, tratan de dialogar con ella desde nuestra época, Rosario Castellanos: Materia que arde.
Para finalizar, quisiera conocer desde tu voz, desde tu experiencia como destacada investigadora y profesora, ¿qué te deja Rosarios Castellanos, qué te ha dejado este estudio que realizaste y su escritura de viajes?
Lo primero que me ha dejado es que me hace sentir que hay esperanza, porque ella estaba pensando en un presente que era complicado pero también en un futuro para las mujeres y me da orgullo pensar que soy parte de ese futuro que ella imaginó.
A la vez también hay un compromiso con continuar ese otro modo de ser que ella buscó a pesar, por ejemplo, de la depresión que sufrió. Ella fue una de las primeras en hablar abiertamente de la depresión como enfermedad mental, abrió camino a hablar de estos temas y a no tener miedo de hablar de las dificultades que tiene una mujer para ser todas las mujeres que quiere ser en su vida.
Su escritura sigue viva y sigue interesándonos porque seguimos buscando respuestas a las preguntas que ella misma se hizo, ella ha sido una inspiración para las mujeres que actualmente seguimos alguna de sus múltiples facetas. Nos identificamos mucho con ella y nos allanó el camino, nos dio una figura de un modelo a seguir que ella no lo tenía, ella lo creó, no había en México un modelo como ella.
Puedes seguirla en X: @LiliChavezD